Estos pinceles son muy específicos y, a su vez, muy delicados. Justamente se emplean para realizar pequeños detalles en las uñas. Es decir, si no se limpian de manera adecuada, el más mínimo resto de pintura podría alterar su funcionamiento. Lo primero que puedes hacer es colocar acetona en una pequeña vasija de vidrio. Este producto suele remover los restos de esmalte de manera efectiva. Sin embargo, si prefieres una solución más suave, puedes hacerte a un limpiador libre de acetona o cuya composición sea especial para cerdas naturales o sintéticas. A continuación, sumerge el pincel entre 10 y 20 segundos. Si el esmalte que se encuentra en el pincel aún está fresco, notarás cómo se desprende y tiñe el limpiador. Por el contrario, si la pintura ha comenzado a secarse, quizás tengas que moverlo con suavidad dentro del líquido para ayudar a que se desprenda por completo. En caso de los elementos para detalles que no tienen cerdas, te recomendamos embeber un poco de algodón en removedor y